miércoles, 1 de octubre de 2014

micromachismo

MICROMACHISMOS:

1. PODER Y GÉNERO: las relaciones de mujeres y varones tienen desigualdades, es decir situaciones de poder y estrategias de su ejercicio. El poder, se ejerce, que se visualiza en las interacciones y tiene un doble efecto: opresivo, pero también configurador. 
La palabra "poder" tiene dos acepciones:
·                     Autoafirmativo: Capacidad de hacer, el poder personal de existir, decidir y autoafirmarse. 
·                     Dominio: Capacidad y la posibilidad de control y dominio sobre la vida o los hechos de los otros, básicamente para lograr obediencia y lo de ella derivada. 
En este segundo tipo de poder, ejerce la autoridad, obligar a interacciones no recíprocas y otro cualquier aspecto (pensamiento, sexualidad, economía, capacidad decisoria, etcétera).
Nuestra cultura patriarcal ha legitimado la creencia de que el masculino es el único género con derecho al poder autoafirmativo. La cultura androcéntrica niega ese derecho a las mujeres. Es decir, ejercer poder de control y dominio sobre ellas quienes quedan en lugar subordinado. La ecuación "protección a cambio de obediencia".
La creencia que el espacio doméstico y de cuidado de las personas es patrimonio femenino, reservándose el varón el espacio público al cual se define como superior.
·                     La división sexual del trabajo, que aún adjudica a la mujer el espacio doméstico.
·                      Su naturalización y su inscripción axiomática en las mentes de mujeres y varones.
·                     La falta de recursos de las mujeres y la deslegitimación social de su derecho a ejercer el poder autoafirmativo.
·                     El uso por los varones del poder de macrodefinición de la realidad y del poder de microdefinición, el varón como autoridad que define que es lo correcto.
·                     La explotación de las femeninas capacidades de cuidado y de ayudar a crecer a seres humanos (el llamado "poder del amor") en las que nuestra cultura hace expertas a las mujeres.
Lo paradójico es que en este mundo se le alza a la mujer un altar engañoso y se le otorga el titulo de reina, titulo paradójico ya que no puede ejercerlo en lo característico del dominio y la autoridad, quedando sólo con la posibilidad de intendencia y administración de lo ajeno.
La mayoría de las mujeres son valoradas por su eficiencia y exigiendo algunas ventajas a cambio. Sus necesidades y reclamos, se hacen por vías 'ocultas", básicamente las quejas y reproches. Algunas mujeres también tienen poder, pero esto es aún historia reciente y minoritaria.

Las situaciones de poder y desigualdad suelen ser invisibilizadas en las relaciones de pareja, es importante conocer sus modos para contribuir a la transformación de las relaciones
















2. LOS MICROMACHISMOSLos mM en la pareja, se manifiestan como formas de presión de baja intensidad más o menos sutil, con las que los varones intentan.
·                     Imponer y mantener el dominio y su supuesta superioridad sobre la mujer, objeto de la maniobra. 
·                     Reafirmar o recuperar dicho dominio ante la mujer que se "rebela" de "su" lugar en el vínculo. 
·                     Resistirse al aumento de poder personal o interpersonal de la mujer con la que se vincula, o aprovecharse de dichos poderes.
·                     Aprovecharse del "trabajo cuidador" de la mujer.
Los mM son microabusos y microviolencias que procuran que el varón mantenga su propia posición de género creando una red que sutilmente atrapa a la mujer, atentando contra su autonomía personal si ella no las descubre. Su objetivo es anular a la mujer como sujeto, forzándola a una mayor disponibilidad e imponiéndole una identidad "al servicio del varón", objetivos y efectos: perpetuar la distribución injusta para las mujeres de los derechos y oportunidades.
Un aliado poderoso: el orden social, que otorga al varón, por serlo, el "monopolio de la razón", la mujer esta en principio en falta o como acusada: "exageras' y "estas loca".
Algunos mM son conscientes y otros se realizan con la " inocencia" del hábito inconsciente. Internamente buscan la reafirmación de su identidad masculina -asentada fuertemente en la creencia de superioridad y en la necesidad de control- y satisfacer deseos de dominio y de ser objeto de atención exclusivo de la mujer. Además, la mujer provoca, tales como temor, envidia, agresión o dependencia. Dos mecanismos psicológicos favorecen el sostenimiento de estas prácticas como de otras que conducen al racismo, la xenofobia o la homofobia: 
·                     La objetificación: La creencia de que solo algunos varones -blancos- heterosexuales tienen status de persona permite percibir, en este caso, a las mujeres como "menos" persona, negándoles reconocimiento y justificando el propio accionar abusivo.
·                     La identificación proyectivaLa inoculación psicológica de actitudes, invadiendo el espacio mental ajeno.
Los mM pueden no parecer muy dañinos, y puede detectarse por la acumulación de poderes de los varones de la familia a lo largo de los años. Convierten a la mujer en adversaria, impiden el vinculo con una compañera y no aseguran el afecto. Para las mujeres, puede ser fácil, iluminador y enriquecedor, pero hablar de los mM, que son parte habitual de (nuestro) comportamiento masculino es más difícil pues ello supone reconocer también en nosotros (varones) los hábitos de dominación y tener que decidir qué hacer con ello. Y también difícil intentar como varón estar atento a visibilizar los mM y a exponerlos públicamente. Pero, si uno se posiciona contra la violencia de género y a favor de la igualdad debe aceptar el la dificultad y enfrentar el desafío de realizar una autocrítica de la propia posición y prácticas de dominio.
Una vez alertados sobre su existencia pueden ser descriptas y evidenciadas con mayor precisión. Categorías son:

     2.1. Los Micro machismos Coercitivos: El varón usa la fuerza para intentar doblegar a la mujer, limitar su libertad y expoliar el pensamiento, el tiempo o el espacio, y restringir su capacidad de decisión. Lo que genera más desbalance de poder:
·                     Intimidación: Maniobra atemorizante que se ejerce cuando el varón ya tiene fama (real o fantaseada) de abusivo o agresivo. La postura y cualquier otro indicador verbal o gestual pueden servir para atemorizar.
·                     Control de dineroBasado en la creencia que el dinero es patrimonio masculino, control de gastos y exigencia de detalles, la negación del valor económico que supone el trabajo doméstico y la crianza y el cuidado de los niños.
·                     No participación en lo domésticoBasada en la creencia que lo doméstico es femenino. El varón justifica apelando a su rol de "proveedor" al que no se puede agobiar más de lo que soporta en su trabajo.
·                     Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del tiempo para sí:Se apoyan en la idea de que el espacio y el tiempo son posesión masculina, el varón crea tiempo de descanso o diversión a costa de la sobrecarga laboral de la mujer. En promedio los varones tengan más tiempo libre que las mujeres (y a costa de ellas).
·                     Insistencia abusiva: Este mM consiste en obtener lo que se quiere por insistencia inagotable, con agotamiento de la mujer que se cansa de mantener su propia opinión, y al final acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.
·                     Imposición de intimidad: Este mM consiste en una acción unidireccional de acercamiento cuando el varón desea, es una práctica coactiva en cuanto el varón no se molesta en negociar movimientos hacia la intimidad. Muy típico ejemplo de esto es la seducción forzada cuando él quiere sexo.
·                     Apelación a la "superioridad" de la "lógica" varonil: Imponeideas, conductas o elecciones desfavorables a la mujer. Provoca intenso agobio. Una maniobra especial en este grupo es la monopolización de la definición de la "seriedad" o no de los temas de discusión por parte del varón: ¡ yo no hablo de tonterías!, es una frase que la sintetiza.
·                     Toma o abandono repentinos del mando de la situaciónEstas son maniobras o menos sorpresivas de decidir sin consultar, anular o no tener en cuenta las decisiones de la mujer, basados en la creencia del varón de que él es el único que tiene poder de decisión.
         
     2.2. Los Micromachismos Encubiertos: Estos mM son los que atentan de modo más eficaz contra la simetría relacional y la autonomía femenina. El varón oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio y forzamiento de disponibilidad de la mujer. Sino el afecto y la inducción de actitudes para disminuir el pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere y conduciéndola en la dirección elegida por el varón. Por lo que conducen una reacción retardada, con mal humor, frialdad y estallido de rabia "sin motivo"
·                     Abuso de la capacidad femenina de cuidado: Avalado y silenciado por la cultura, estas maniobras fuerzan disponibilidad incondicional a través de la imposición de diferentes roles de servicio: madre, esposa, asistenta, secretaria, gestora, etc. Las obligan a un sobre esfuerzo físico y emocional que les resta autonomía vital.
·                                             Maternalización de la mujerDe las múltiples caras de esta maniobra, algunas son: pedir, fomentar o crear condiciones para que la mujer priorice sus conductas de cuidado incondicional.
·                                             Delegación del trabajo de cuidado de los vínculos y las personas: Lo doméstico y el cultivo de la conexión son patrimonio de la mujer. La mujer crea que es la encargada de cuidar la vitalidad de la pareja, el desarrollo de la cría y de los vínculos con ellos/as, con la familia de él e incluso con sus amigos. La imposición del cuidado de los suegros y suegras de la mujer. Limitan la autonomía.
·                                             Requerimientos abusivos solapados: Pedidos "mudos", que apelan a activar automáticamente los aspectos "cuidadores" y la mujer sin percatarse que lo está haciendo por coacción.
·                     Creación de falta de intimidad: Los varones tienen dificultades para la intimidad. Esto es cierto, maniobras activas de alejamiento, que impiden la conexión y evitan el riesgo de perder poder y quedar a merced de la mujer, más experta habitualmente en el manejo de las relaciones de cercanía. La mujer se acomode a sus deseos: cuánta intimidad tener, cuánta tarea doméstica realizar, cuándo estar disponible y qué merece compartirse.
·                                             Silencio: De hecho muchas veces el silencio es debido a una sensación de impotencia. Permanecer en silencio no es sólo no poder hablar, sino no sentirse obligado a hablar ni a dar explicaciones y se tiene así una autoridad silenciosa. Algunas de sus formas de presentación son: encerrarse en si mismo, no contestar, contestar con monosílabos, no preguntar, no escuchar, hablar por hablar sin comprometerse, etc. Cierto aire de misteriosidad, que es muy seductor para muchas mujeres.
·                                             Aislamiento y puestas de límites: Cuando la mujer quiere intimidad, respuestas o conexión. El aislamiento puede ser físico, la puesta de límites a veces con enojo ante cualquier pedido de información o de conexión puede ser útil. La secuencia: aislamiento-frases con ira-más aislamiento, suele ser muy frecuente.
·                                             Avaricia de reconocimiento y disponibilidad: Conducen al hambre de afecto. Provocan además la sobrevaloración de lo poco que brinda el varón -ya que lo escaso suele vivirse como valioso.
·                                             Inclusión invasiva de terceros (amigos, reuniones y actividades): Con esta maniobra se limita al mínimo o se hace dejar de existir los espacios de intimidad. A veces está acompañada de la acusación a la mujer de ser "poco sociable".
·                     Seudointimidad: En este grupo de mM el varón dialoga, pero manipulando el diálogo:
·                                             Comunicación defensiva-ofensiva: Se habla para imponer y convencer.
·                                             Engaños y mentiras: Aquí el varón oculta u omite información para desfigurar la realidad y seguir aprovechando ventajas que si fuera sincero perdería.
·                     Desautorización: Presuponen el derecho a menospreciar. Conducen a inferiorizar a la mujer a través de desvalorizaciones.
·                                             Descalificaciones: Valorar negativamente las actitudes de la mujer, denigrándola (descalificatorias). A través de la ridiculización, el restar importancia y quitar seriedad a las opiniones femeninas, redefinir como negativos cambios positivos o cualidades de la mujer y desvalorizar cualquier transgresión al rol femenino tradicional.
·                                             Negación de lo positivo: No se reconoce a la mujer sus cualidades ni los aportes positivos que hace al vínculo y a la vida cotidiana, especialmente el valor del trabajo doméstico.
·                                             Colusión con terceros:Establecer alianzas parientes o amistade, objetivo de desautorizarla y dejarla sola y a su merced.
·                                             Terrorismo misógino: Comentarios descalificadores repentinos y sorpresivos. Producen confusión, desorientación y parálisis. Utilizan la ridiculización, la sospecha, la agresión y la culpabilidad.
·                                             Autoalabanzas y autoadjudicaciones: Se desautoriza a la mujer a través de la hipervaloración. No dejarse enseñar por la mujer, la autoadjudicación.
·                     Paternalismo: En este tipo de maniobra se enmascara la posesividad y a veces el autoritarismo del varón, haciendo "por" y no "con" la mujer e intentando aniñarla. Se detecta sobre todo cuando ella se opone al aniñamiento, y él no puede tolerar que ella sea autónoma y no controlarla.
·                     Manipulación emocional: El afecto no para el intercambio emocional sino como instrumento para lograr el control de la relación.
·                                             Culpabilización-Inocentización: Por una, a su "no saber hacer", o a no desempeñar "correctamente" su rol de esposa o madre. Por la otra, el varón, es inocente en cuanto a la producción de disfunciones en lo cotidiano. Culparla de lo que a él le pasa.
·                                             Dobles mensajes afectivos: Fin manipulativo oculto y que dejan a la mujer sin posibilidad de reacción: si los acepta, es manipulada, si no los acepta es culpabilizada por no ser afectuosa.
·                                             Enfurruñamiento: Acusación culposa no verbal frente a acciones que no le gustan al varón, pero a las cuales no se puede oponer con argumentos "racionales".
·                     Autoindulgencia y autojustificación: El varón se autojustifica o es muy indulgente consigo mismo frente a la no realización de tareas o actividades que hacen al cultivo de un vínculo igualitario.
·                                             Hacerse el tonto: La inconsciencia, las dificultades de los varones, las obligaciones laborales, la torpeza, la parálisis de la voluntad u otros defectos personales, o el propio bienestar.
·                                              Impericias y olvidos selectivos: Evitar responsabilidades (e imponérselas a la mujer) a partir de declararse inexperto para determinadas tareas o manejo de aparatos,olvidos selectivos.
·                                             Comparaciones ventajosas: Con esta maniobra el varón intenta acallar los reclamos de la mujer apelando a que hay varones peores que él, y que entonces no debería quejarse.
·                                             Seudoimplicación doméstica: No existe un deseo de real corresponsabilidad en lo doméstico.
·                                             Minusvaloración de los propios errores: Los propios errores, descuidos, desintereses y equivocaciones en lo que hace al trabajo doméstico y de conexión son poco tenidos en cuenta y fácilmente disculpados e inversamente.

                 
     2.3. Los Micromachismos de Crisis: Mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del varón por razones de pérdida laboral o de limitación física.
·                     Hipercontrol: Este mM consiste en aumentar el control sobre las actividades, tiempos o espacios de la mujer, frente al temor que el aumento real o relativo de poder de ella pueda dejarlo a él en un segundo lugar e inferiorizado.
·                     Seudoapoyo: Apoyos que se enuncian sin ir acompañados de acciones cooperativas, realizados con mujeres que acrecientan su ingreso al espacio publico. Se evita con ello la oposición frontal, y no se ayuda a la mujer a repartir su carga doméstica y tener más tiempo.
·                     Resistencia pasiva y distanciamiento: Utilizar diversas formas de oposición pasiva y abandono: falta de apoyo o colaboración, desconexión, conducta al acecho, distanciamiento, amenazas de abandono o abandono real.
·                     Rehuir la crítica y la negociación: Se intenta acallar los reclamos de la mujer respecto a las actitudes dominantes del varón y evitar el cambio sosteniendo que él no lo deseó. Culpabilización hacia el cambio femenino.
·                     Promesas y hacer méritos: Ceder posiciones provisoriamente por conveniencia, y suelen dejar d realizarse cuando la mujer deja de enfadarse y acepta darle "otra oportunidad ".
·                     Victimismo: Culpabilización acompañante para intentar doblegarla. Si finalmente él se decide a algún cambio, lo vive como un gran sacrificio.
·                     Darse tiempo: Postergar y alargar el tiempo de decidirse a darle importancia a los cambios y reclamos femeninos o a cambiar. Obliga a la mujer a someterse a los tiempos y deseos del varón, que es quien conserva el poder de decisión del momento de comenzar un cambio.
·                     Dar lástima: Procura que se apenen de él para lograr que la mujer ceda, hasta comportamientos autolesivos tales como accidentes, aumento de adicciones, enfermedades, amenazas de suicidio, que apelan a la predisposición femenina al cuidado y le inducen a pensar que sin ella él podría terminar muy mal.
3. EFECTOS DE LOS MICROMACHISMOS: Dominar a la mujer, restringiendo con hábiles artes su autonomía, en su obra "La fierecilla domada". 
La efectividad de todas estas maniobras, junto a la falta de autoafirmación de la mujer, no suele reconocerse la causalidad interpersonal de estos efectos, que suelen atribuirse culposamente a la mujer.
·                     En las mujeres los mM suelen provocar:
·                                             Un agotamiento de sus reservas emocionales y de la energía para sí.
·                                             Un deterioro de su autoestima, con aumento de la desmoralización, aumento de la inseguridad y disminución de la capacidad de pensar.
·                                             Una disminución de su poder personal y parálisis del desarrollo personal.
·                                             Un malestar difuso, una irritabilidad crónica y un hartazgo de la relación, de los cuales se culpan por no percibir que su producción es por presión externa, y que son frecuentes motivos de consulta a los dispositivos de salud mental.
·                     En los varones los efectos de su ejecución de los mM suelen ser:
·                                             Un aumento o conservación de su posición superior y de dominio.
·                                             Una afirmación de su identidad masculina.
·                                             Un aislamiento receloso creciente.
·                     Finalmente, los mM producen en el vínculo:
·                                             El encarrilamiento de la relación en dirección a los intereses del varón, favorecido esto por el mandato cultural hacia las mujeres de que acepten al varón como es, y que a lo sumo lo traten con sus armas "ocultas". 
·                                             Etiquetamiento de la mujer como "la culpable" del deterioro del vínculo, cuando ella desea un cambio y él se niega a moverse hacia la igualdad.
·                                             Guerra fría, transformación de la pareja en adversarios convivientes, y empobrecimiento de la relación, creándose el terreno favorable para otras violencias y abusos.

                          
4. CONSIDERACIONES FINALES: Muchas mujeres se alegrarán de entender mejor las maniobras en que se ven involucradas, pero soportarán menos el reconocimiento de su propia subordinación por lo que muchas veces tenderán a seguir responsabilizándose de lo que es sólo responsabilidad masculina, ya que al menos eso mantiene la creencia de tener algún poder sobre la relación.
Se describieron un repertorio de comportamientos que representan los trucos y trampas más habituales en los varones modernos para ejercitar en lo cotidiano la violencia de género. Comportamientos variados que, y esa es la importancia de su puesta en evidencia, suelen ser "invisibles" y pasar desapercibidos o tomados como naturales, ignorándose sus daños. 
Nombrar los mM y ver sus efectos es también anormalizarlos, ya que muchas veces cuando se perciben aisladamente, se juzgan como intrascendentes sin evaluar el daño que producen por reiteración y su capacidad de ser caldos de cultivo para otras violencias.
Nombrar los mM es también una tarea que supone el análisis crítico de la cotidianeidad y los comportamientos de "seudoigualdad" que circulan diariamente. Así, ponerlos en evidencia debería ser útil para las que las mujeres pudieran:
·                     Legitimar y ampliar su registro perceptivo de los comportamientos masculinos de dominación que ellas sufren y que los varones generalmente no reconocen realizar.
·                     Reconocer el lenguaje de acción y manipulación (que no de palabras)
·                     Disminuir la culpabilización inducida por estas maniobras y recuperar su pensamiento y posibilidades de acción autónoma en la vida de pareja cotidiana.
·                     Aumentar las posibilidades de crear sus modos de evitación y resistencia ya que lo que se ve claramente puede ser mejor combatido.
·                     También y de modo importante, saber de sus efectos, porque el no poder detectar que muchos de los malestares emocionales e inseguridades son provocados por el ejercicio de los mM.
Alertar sobre su existencia y frecuencia supone también criticar las creencias que las violencias de género son solamente sus formas más dramáticas y que sólo la ejercen algunos varones. Como hemos visto, los mM también son violencia de género y son comportamientos habituales en todos los varones: la violencia no es sólo cosa de otros, sino también de nosotros (varones).
Para ello es necesario:
·                     Estar dispuesto a una autocrítica sobre el ejercicio cotidiano del poder y sobre la socialización en que son criados, la que avala la superioridad sobre las mujeres y por tanto la creencia en tener derechos sobre ellas.
·                     Entrenarse en el cambio de actitudes hacia la igualdad y el respeto, ya que sólo con conocer no alcanza.
·                     Tomar iniciativas para realizar acciones, en tanto varones, que favorezcan la erradicación de las violencias de género y no dejar que sean únicamente las mujeres que luchen contra la violencia que nosotros producimos.

Finalmente hacer visibles los mM debe servir para no olvidar que son factores que deben tenerse en cuenta en las estrategias de erradicación de la violencia de género. Para esto no es necesario un ámbito particular, ya que al ser comportamientos habituales en lo cotidiano, se pueden realizar acciones contra ellos en todo s los ámbitos (salud y educación fundamentalmente).

5. ANEXOS PARA PSICOTERAPEUTAS: En cuanto a las estrategias de detección, éstas diferirán en función del contexto terapéutico: En las terapias de pareja o familia, los mM y sus efectos se pondrán en escena ante el o la terapeuta. En las terapias con varones habrá que inferirlos, ya que la mujer objeto de estas maniobras esta ausente, y el varón suele no responsabilizarse del efecto de sus conductas. En las terapias con mujeres será preciso descubrir cual de sus malestares son efecto de los reiterados mM ejercidos sobre ellas, y entonces distinguir la problemática intrasubjetiva de lo inducido por la manipulación ajena.
·                     En lo personal:  
·                                               Intentar develar sus puntos ciegos y revisar sus prejuicios sexistas en relación con su propia posición de género.
·                                             Revisar sus ideas y comportamientos en relación con la reciprocidad en el cuidado entre las personas.
·                                             Aclararse las propias creencias sobre la determinación de los comportamientos de dominación y sus eventuales justificaciones.
·                     En lo teórico-técnico:
·                                             Incluir la ética del cuidado mutuo y de la democratización de la vida cotidiana como marco referencial. 
·                                             Conocer los modos de construcción de la condición masculina, sus privilegios y sus costos.
·                                             Tener una actitud clínica de alerta para detectar las maniobras de control de los varones.
·                                             Saber que es probable que el varón intente ejercer maniobras de control sobre el o la terapeuta, más si es mujer.
·                                             Tener la capacidad de confrontar, de soportar confrontaciones y de poner en práctica la autoafirmación de modo asertivo
Estar capacitado/a para realizar intervenciones que hagan impacto sobre el balance de poder interpersonal, a fin de no estereotipar los disbalances que sostienen la disfuncionalidad del status





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